Primera Entrada, Primer manifiesto.
- Malinalli Itzel Itzá
- 20 jun 2017
- 2 Min. de lectura
Siempre me han apasionado la lectura y la escritura, razón por la cual decidí abrir este espacio para expresarme, a través de lo escrito. En una entrada posterior profundizaré un poco más en este tema de la escritura, la expresión y la necesidad de generar reflexiones en un país que se aboca al odio irreflexivo sin más, pero ahora me ocupo de otras cosas.
Decidí primero expresarme a propósito del festival de morbo y atención que los medios de comunicación están haciendo con las vidas de las víctimas del atentado al Centro Comercial Andino, mientras los 22 líderes sociales asesinados durante el año 2017 apenas merecen 3 minutos en los noticieros. Esta mañana, mientras mi papá veía las noticias por televisión escuchaba notas tan absurdas como la publicación de las palabras del esposo de una de las chicas fallecidas, entrevistas a sus amigos y familiares y la incesante e insidiosa repetición de los videos posteriores a los atentados y el recuento sin sensibilidad de los hechos sucedidos. Y me dije ¿Y si yo fuese una de las víctimas? ¿Querría todo este circo al rededor de mi familia, mis amigos, mi novio? Y concluí definitivamente que no.
De hecho, si alguna vez me pasa algo como resultado de acciones como las del domingo en el Centro Comercial Andino, definitivamente prohíbo a los medios usarme para su beneficio, usar mis fotos, información de mi familia, amigos y allegados o de mis redes sociales, así como dejo constado que mis amigos tampoco pueden hablar de mi vida privada. Es horrible la forma en que están hurgando en la vida de esas tres pobres mujeres para mantener sus niveles de audiencia. Si quieren decir algo ...sobre mí, que digan que consideré a los medios como buitres y a los periodistas como a cretinos. Y de paso leen esto y que les baste.
"Que interés hay en estudiar la filosofía si todo lo que hace por uno es volverlo capaz de expresarse de manera relativamente plausible sobre ciertas abstrusas cuestiones de lógica etcétera, y si eso no mejora su modo de pensar las cuestiones importantes de la vida de todos los días, si no lo hace más consiente que un periodista cualquiera en la utilización de las expresiones peligrosas que gente de esta especie emplea para sus propios fines"
Ludwig Wittgenstein.
